Cuando empezamos a acumular hipotecas hay dos aspectos que nos suelen hacer parar la inversión en inmobiliario, uno es la diversificación, ya sabes, lo de no poner todos los huevos en la misma cesta, y el segundo es el excesivo ratio de endeudamiento.
Si te has planteado lo anterior probablemente ya tengas abierto algún plan de pensiones y quizás algún fondo de inversión. Lo que quizás no se te ha pasado por la cabeza ha sido el pignorar tus fondos de inversión para obtener un préstamo a tipos similares a los de una hipoteca, sin gravar el futuro inmueble y por ende dejando este como futura garantía para otro y así obtener el 100% de una hipoteca final. BOOM! A ver, que aquí hay mucha info, vamos a desarrollarlo poquito a poquito.
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Qué es un préstamo pignorado
Un préstamo pignorado es un crédito en el cual se usa uno o varios activos financieros como garantía de pago.
Al ser un préstamo garantizado por un producto líquido ya a disposición de la entidad financiera se suelen conseguir buenas condiciones de financiación (similares a las de una hipoteca).
No es una solución “popular”, ya que suele ofrecerse en la banca privada o a clientes VIP, pero eso no quiere decir que no puedas optar a ello.
Características de un crédito pignorado
- Tiene como garantía un activo financiero (depósito o fondo de inversión)
- Ofrecen un porcentaje del valor de la garantía. Lo normal es del 60% al 70%, pero hay productos (en ciertas entidades) por los que ofrecen hasta un 150%.
- Intereses por debajo de la media: del 1% al 5% TAE
- No se puede retirar el activo que ejerce de garantía hasta la liquidación del crédito
- En caso de impago el banco puede ejecutar la garantía y quedarse con tus fondos/depósitos
- Las entidades sólo están ofreciendo préstamos por los activos depositados en la propia entidad, no aceptan activos de otras entidades
- Suelen tener comisión de apertura (habitualmente del 0,75% al 1,5%), aunque hay algunos que no tienen comisión
- La duración del crédito depende de la entidad emisora, pero puede ir desde los 6 meses hasta los 30 años.
- La apertura del mismo es rápida (bastan 2-3 semanas), por lo que a efectos de adquirir un inmueble es como si pagáramos al contado
Por cierto, un plan de pensiones no se puede pignorar, al no poder la entidad liquidar este hasta la fecha de rescate del mismo.
Ventajas de un crédito pignorado
Las ventajas son varias, para empezar podemos disponer de un préstamo a buenas condiciones sin tener que deshacer nuestras posiciones (fondos) a largo plazo. Un ejemplo reciente sería un Euribor + 0,89.
Si lo planificamos con tiempo, el echo de tener fondos de inversión nos permite diversificar nuestros ahorros.
Si usamos el préstamo para adquirir un inmueble y alquilarlo tenemos un doble beneficio, el alquiler propiamente y la rentabilidad del fondo de inversión.
La financiación obtenida no grava el bien objeto del préstamo (por ejemplo comprar un inmueble), por ello este no tendrá la carga asociada (caso que sí lo tendría en una hipoteca).
Derivado de lo anterior, si ponemos este inmueble en alquiler, las rentas nos constaran como ingreso y anularan el efecto de la deuda nueva del crédito pignorado (a efectos del Banco de España). Una vez el efecto de la nueva deuda es neutro tenemos el recién incorporado inmueble nos sirve como garantía para una nueva adquisición inmobiliaria, es decir, si queremos adquirir otro inmueble el primero nos sirve como garantía (doble garantía), por lo que podremos acceder a financiación del 90-100% para este último. Una derivada de esto es si en lugar de adquirir un segundo inmueble hipotecamos el primero, en este caso por el 60-70%, lo que nos daría de nuevo liquidez por si tenemos operaciones rápidas por negociar.
En cualquiera de los escenarios, la posibilidad de pignorar un fondo es prácticamente como disponer una póliza de crédito lo que nos permite disponer muy rápidamente del dinero y cerrar operaciones rápidas.
Con este post espero que te haya quedado claro qué es un préstamo pignorado y aproveches todo el potencial del mismo 🙂